El 26 de julio de 1952 pasaba a la inmortalidad la abanderada de los humildes, Maria Eva Duarte, mujer que vino como un ángel y, en el poco tiempo que nos iluminó, supo dignifcar a cada uno de los trabajadores argentinos, siendo una incansable defensora de la patria, siempre tuvo tiempo de escuchar a cada una de las personas que sufría.
Eva fue, sin lugar a dudas, la columna vertebral del movimiento popular más grande de toda latinoamerica, igualó a la mujer con el hombre y le ha dado el voto a la hora de elegir la conducción de la nación.
Es necesario mantener bien en alto los valores que siempre guiaron a esta mujer maravillosa, porque son los valores más nobles y necesarios para la construcción de una patria.
Nos sobran las palabras de agradecimiento y amor constante a la primera e inigualable militante EVITA.
Por siempre compañera, gracias por seguir iluminandonos y guiandonos desde el cielo!!!
ResponderEliminarBuenas palabras. Felicitaciones.
ResponderEliminar